Los navegadores se han convertido en una compañía casi imprescindible en los viajes, tanto de diario como de larga distancia, reduciendo la carga de trabajo sobre el conductor y el copiloto, jubilando en parte a los mapas en papel. Para que sean realmente útiles y no tengan un impacto negativo en la conducción, conviene que sigas estos consejos y que conozcas las funciones del GPS antes de enfrentarte a su uso:
En marcha, el navegador GPS debe encontrarse ya configurado, por lo que hay que dedicar unos minutos antes de iniciar la marcha para programar la ruta que queremos seguir. Manipularlo en marcha no solamente es peligroso, es sancionable, y puede aumentar el estrés. Conviene tener claro a dónde se va, y por dónde se va a ir.
Los navegadores pueden ofrecer varias alternativas al destino en función de varios criterios, y si están conectados a Internet tendrán en cuenta el tráfico para que no acabemos en un atasco o ganemos tiempo. Si tenemos copiloto, que lo manipule él, lo cual requiere un mínimo de familiarización con el aparato por su parte.
Para evitar pérdidas de tiempo buscando los destinos, es buena idea dejar programados los lugares a los que solemos ir y dejarlos guardados o en una lista de favoritos. Algunos navegadores GPS permiten destacar el domicilio e incluso el lugar de trabajo. Esta función es útil cuando un destino frecuente se queda perdido en la lista de últimos destinos y, en general, para ahorrar tiempo.
También es interesante meter en la agenda algunos puntos de interés cuando queramos hacer un viaje. A la vuelta, si no van a ser necesarios, pueden eliminarse para facilitar la búsqueda de los destinos favoritos de uso habitual.
No todos los modelos cuentan con un navegador GPS integrado, por lo que la opción más económica y práctica es utilizar un navegador especializado o una aplicación móvil que haga dicha labor. De colocarse con una ventosa en el parabrisas, no puede obstaculizar la visión, pero tampoco debe estar fuera del campo visual, pues sería contraproducente. Cuanto más bajo esté, mejor, idealmente en un soporte sobre el salpicadero o salida de aireación.
Para evitar la descarga de la batería, conviene que estén enchufados a la corriente o una toma USB, muy importante si el viaje dura más de una hora. El cable no tiene que interferir con el manejo normal de los mandos ni la visión. Bajo ningún concepto se tiene que llevar un dispositivo móvil suelto por el habitáculo, mucho menos en el propio tablero de instrumentos o en una ubicación que obligue a quitar la vista sobre la carretera, como un posavasos.
Si nos sorprenden manipulando el GPS en marcha, podemos ser sancionados con 200 euros y 3 puntos del carné. También es posible ser sancionado mientras dura un semáforo en rojo.
Por defecto, el navegador tratará de llevarnos por la ruta más rápida, aunque también se puede pedir la ruta más corta en distancia. A veces, para lograr dicho objetivo, puede dirigirnos por carreteras de peaje, meternos por una pista no asfaltada o que acabemos en una carretera con obras. Para evitar esos inconvenientes hay que revisar las preferencias de ruta en lo relativo a criterio de guía, autopistas, ferry, etc.
También es importante haber echado un vistazo a las preferencias, siendo recomendable la orientación al norte (no según el vehículo), que el brillo no sea molesto de noche, un volumen audible pero no molesto de las indicaciones de guía por voz, etc. Mucho cuidado al circular por Reino Unido, si no cambiamos las unidades de medida por millas y mph podemos llevarnos un mal recuerdo de nuestro viaje.
En los teléfonos móviles bastará con tener la última versión de la aplicación instalada, y se puede ahorrar en la tarifa de datos si es posible guardar algunos mapas en la memoria interna. En el caso de navegadores portátiles o integrados, de vez en cuando hay que revisar si la cartografía está al día. En la mayoría de los casos, la actualización de la cartografía tiene un coste, no así las actualizaciones de otro tipo.
Incluso en los móviles alguna zona o carretera puede tener un error en los límites de velocidad o sentido de circulación. Recuerda que el navegador es un guía, pero no hay que obedecerle ciegamente. Si una indicación nos obliga a cometer una infracción de tráfico o poner en riesgo la circulación, debemos desistir y comprobar detenidos -y en un lugar seguro- que todo está correcto, o buscar una alternativa.
Por último, si viajas al extranjero, asegúrate previamente de que el destino está cartografiado, puede que necesites comprar una ampliación de los mapas.
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